La Transición a la democracia, la crisis del Estado – nación, la globalización de la economía, el impacto de las nuevas tecnologías de información, la crisis de las identidades políticas, tradicionales, entre otros, son fenómenos que obligan a redefinir el papel de la educación en la sociedad y, más específicamente, en la formación del ciudadano (Tedesco J.,1995).
Con estas palabras el director de la Oficina Internacional de Educación – UNESCO, Tedesco Juan (1995), da su opinión acerca de los nuevos desafíos que tiene la Educación para la formación del ciudadano. Para el mismo, la preocupación no proviene sólo de las dificultades que provoca la implementación de un nuevo diseño curricular sino más bien la necesidad de re-definir los contenidos socializadores como lo son los valores, las normas y las actitudes que la escuela debe trasmitir.
En la actualidad, la escuela –a manera personal– no está cumpliendo satisfactoriamente la función de formar a las futuras generaciones para su desempeño ciudadano para una sociedad tan cambiante como esta. Según Tedesco (1995), el profundo proceso de transformación social ha traído como consecuencia la aparición de nuevas formas de organización sociocultural, económica y política. Es por ello que hoy en día se escuchan frases como: "sociedad capitalista", "sociedad industrial", "sociedad de la información". Una mirada a esta situación desde el punto de vista educativo nos conlleva a reafirmar que el conocimiento es la vía para la organización social y económica de un país; y la educación, entendida como el medio a través de la cual se produce y se distribuye éste conocimiento, no puede hacer caso omiso ante esta situación, sino más bien debe acoplar las diversas disciplinas al contexto en donde interactúa el principal actor del proceso de enseñanza y aprendizaje: el alumno. No existe ninguna disciplina que se pueda aislar de la realidad.
La educación es un factor determinante para la capacitación de los pueblos para lograr el crecimiento personal de cada ser humano, así como para amoldarse a los requerimientos que impone la sociedad basada en el conocimiento y la informática. El grado de desarrollo de una sociedad está condicionado cada vez más por el nivel educativo que demuestran sus integrantes, mientras que la miseria y la pobreza se originan fundamentalmente de la ignorancia en general y de la ignorancia tecnológica en particular.
Es cierto que nuestro país no puede competir en la carrera tecnológica de punta, en la que sólo se admiten a los países con gran experiencia acumulada e inversiones multimillonarias. Pero lo que como sociedad tenemos que preguntarnos es si queremos aceptar ese horizonte como escenario o si es imprescindible someternos a él. Tenemos problemas particulares como sociedad a lo que podemos aplicar nuestros mejores esfuerzos sociales y educativos, y que no dependen para su solución de complicados desarrollos tecnológicos. Asuntos tan importantes como mayores niveles de justicia social, la violencia urbana, un sistema eficiente de salud pública, la lucha contra la corrupción, el cuidado y mantenimiento de los vienes públicos, la calidad de servicios de las instituciones y organismos públicos y privados, la convivencia vecinal cooperativa, la prevención de las enfermedades más comunes, el mejor uso de los recursos económicos de que se dispone, la educación para un buen uso de los medios de comunicación, especialmente de la televisión, el apoyo familiar en la escuela, son algunos de los temas que pueden generar actitudes positivas y soluciones novedosas desde la educación y para la sociedad, y que no necesitan de complicadas tecnologías.
La actual reforma del sistema educativo venezolano, presenta como uno de sus aspectos más importantes una nueva concepción curricular. Esto crea una serie de expectativas en relación con planteamientos anteriores.
El objetivo prioritario de la reforma ha sido el de mejorar la calidad de la enseñanza. En concordancia con este objetivo se planteó una reestructuración del currículum, vista como una nueva concepción de la gestión escolar, como un cambio con detenimiento que se refleja en los Proyectos de Aprendizaje.
Esta nueva concepción del currículo se basa en el constructivismo como sustento psicopedagógico. Sin embargo, no descarta otras teorías del aprendizaje que tienen elementos en común con este enfoque.
Entre las características de la teoría constructivista, Aznar Pilar(1992) expone las siguientes:
Ø Tiene un planteamiento holístico de la psicología cognitiva.
Ø Atribuye al sujeto de una organización cognitiva previa, modificable por la adquisición de nuevos significados.
Ø Concibe al sujeto como un ser vivo y cambiante por naturaleza.
Ø Comprende al aprendizaje como una realidad dinámica y cambiante.
Ø Concibe al aprendizaje como una reestructuración constante, especialmente cuando se centra en el aprendizaje de conceptos.
El enfoque constructivista entiende el aprendizaje como un proceso de reconstrucción personal, de cada uno de los nuevos aprendizajes, de cada nuevo contenido. El aprendizaje constructivista considera fundamental que los alumnos aprendan estrategias que le sirvan para construir nuevos aprendizajes, es decir, que aprendan a aprender para la vida. Esta concepción de la educación propicia la formación integral y holística del educando en la medida que adquiere capacidades cognitivas, motrices, afectivas (de equilibrio personal, de interrelaciones personales) y de integración social.
Ahora bien, con todo lo antes expuesto, la Educación Básica en Venezuela está planteada en cuatro aprendizajes o principios que van a formar parte del perfil del egresado de este nivel educativo, los cuales se son:
Aprender a SER: lo que el individuo va a ser como persona.
· Analítico, crítico y reflexivo.
· Feliz, honrado, generoso y con amor por la vida.
· Creativo, espontáneo, curioso e imaginativo.
· Con valoración del patrimonio cultural y natural de la nación.
· Con valoración al lenguaje, la escritura y la lectura como medios para la comunicación y el desarrollo de su creatividad.
· Que reconozca a la familia como base esencial de la sociedad.
Aprender a CONOCER: lo que el niño debe de saber para enfrentar su entorno.
· Que conozca, interprete y generalice conceptos, reglas, principios y métodos.
· Que reconozca y comprenda ideas, nociones abstractas, símbolos e imágenes; vinculados con el lenguaje literario, científico, tecnológico y corporal.
· Que discierne causas, relaciones y efectos.
Aprender a CONVIVIR: preparar al niño para que este comparta con su entrono social.
· Que sea participativo y consciente en acciones comunitarias culturales, científicas y deportivas.
· Que trabaje en grupo y su relación interpersonal sea abierta y positiva.
· Que sea un individuo productivo y transformador del ambiente natural y social.
· Que sienta interés y empatía por su cultura y las ajenas.
· Responsable, sincero, solidario y tolerante.
Aprender a HACER: formar al niño para el trabajo.
· Que adquiera, aplique y produzca información útil para las diversas situaciones y problemas que confronta.
· Que utilice de manera adecuada y racional los objetos, instrumentos, productos y materiales disponibles en su entorno para el disfrute, el trabajo y el estudio.
· Que exprese su pensamiento de manera clara y coherente.
· Que use con propiedad términos y elementos vinculados al lenguaje literario, científico, tecnológico, estético y corporal.